miércoles, 12 de abril de 2017

Horrorgrafía

¡Horror! ¡Me sangran las pupilas! Cada que alguien lee este anuncio, muere un gatito. El papelito lo han  colgado en el tablón de anuncios de un locutorio y, a pesar de que es habitual alguna falta de ortografía, este se lleva la palma. 

No puedo evitar recordar aquellos tiempos en los que por cada tilde ausente o mal puesta te rebajaban media décima en la nota final, o por cualquier otro error una décima. ¡Y se aprendía!

¿De quién será la culpa de este despropósito de anuncio? Nadie tiene la culpa de no haber accedido a la educación básica. Pero sí de no buscar ayuda, asesoría, del mismo que le ayudó a escribir el texto en un ordenador (que supongo tiene el mal llamado corrector).



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