"Madre no hay sino una... y padre es cualquier hijueputa (sic)", es una frase de la "sabiduría" popular. He de hacer apología de los padres que sí son hijos de mala madre y, en justicia, de aquellos que no lo son.
Padre hijodeputa es aquel que se cree muy machote y muy hombre por dejar hijos regados por el mundo, usando a las mujeres como simples elementos de placer y de gestación; aquel hombre (?) que cree que la paternidad es proveer de alimentos, electrodomésticos, vestuario... pero no sabe lo que es un abrazo, una caricia, jugar en el suelo con sus hijos, trasnochar con un hijo enfermo. Padre hijodeputa es aquel que utiliza a sus hijos como simples peones, obreros de sus cultivos o de sus fábricas, como mano de obra gratuita, como si fuese un derecho. Padre hijodeputa es el que cree que sus hijos no tienen derechos sino privilegios, que no los apoyan en sus sueños e ilusiones, que no los defienden cuando se sienten agredidos.
Y como no todos son así, también hay buenos padres, padrazos, a montones. Los que veo por la calle llevando a sus hijos al colegio, los que hacen deberes y juegan con ellos, los que saben cambiar pañales, preparar biberones, sacar los gases, reparar la bici o sanar heridas en las rodillas de los críos; los que sí tienen tiempo para contar cuentos o deshacer temores diurnos y nocturnos; el que sabe qué le pasa a su hijo con solo mirarlo; los que parece que no se cansan cuando se trata de atender y cuidar a su familia. Padrazo es aquel que aunque no tenga un empleo, se convierte en amo de casa y soporte todoterreno de la familia y por su esposa y sus hijos hace lo que sea, trabaja en lo que sea, aguanta lo que sea. Estos son los verdaderos, los que borran con su ejemplo de vida a los que les sienta tan bien aquello de "padre es cualquier hijueputa"
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