domingo, 15 de junio de 2014

Callejeando por Zaragoza



Pero los cerca de setecientos mil almas (de las cuales unas 107 mil son extranjeros) que vivimos en ella, vamos conociendo sus contrastes. Es la ciudad de los grandes eventos y de las pequeñas fiestas. La de las apariencias y la que no puede ocultar que aún no es una metrópoli. La de cientos de eventos culturales en la calle (Danzatrayectos, Teatro, Conciertos, Noches en blanco...) y la que se toman por asalto media docena de "chirimías" ("papayeras" las llaman por el Caribe) y dos docenas de ebrios detrás de ellas, celebrando cursis y patéticas despedidas de solter@s. 

Esa misma gente descendiente de tres culturas, lo mismo te pide que adoptes animales de compañía, que firmes peticiones de leyes a favor de la protección animal, a escasos metros de aves rapaces atadas para exhibiciones de cetrería. Como también son de Zaragoza las chicas abrazadas a un falo de plástico bailando pasodobles en la calle a 33ºC, y la pareja de maduros que -gracias a su edad- poco les importa echarse unos pasos bien marcados. Son de la misma ciudad los vendedores del mercado medieval, con sus inciensos, tés morunos, especias, artesanías, embutidos y quesos; los que enseñan como se vestía para la batalla un caballero del siglo XIII. Y son zaragozanos también los más de 150 ciclistas que reclaman desnudos su fragilidad ante el tráfico de coches, autobuses y motos. 

Todo esto puede coincidir en la misma tarde de sábado de principio de verano. En Zaragoza, a la vez pueblerina, cateta y hortera, como alegre, vivaz y festiva. En una palabra, viva. 



1 comentario:

  1. zaragoza es una ciudad con sitios super intresantes que no piensas que puedes encontrar en una ciudad pequeña

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