miércoles, 10 de julio de 2013

Touch, touch me.



Anoche se estrenó en el canal Cuatro de España, la serie estadounidense Touch (2012), cuya premisa es que la ciencia y la espiritualidad se encuentran con la esperanzadora premisa de que todos estamos interconectados, atados con lazos invisibles a aquellos cuyas vidas estamos destinados a impactar y alterar. 

Al estilo de Mentes Criminales o Anatomía de Grey, cada capítulo se cierra con reflexiones  como las que transcribo a continuación, de los dos primeros episodios.

La proporción es siempre la misma. Una a 1,618 una y otra vez. Los patrones de diseño matemático están escondidos a simple vista. Sólo tienes que saber dónde mirar. Siete mil millones de personas y sólo unos pocos de nosotros pueden ver las conexiones. Hoy enviaremos más de 300 billones de correos electrónicos, 19 billones de mensajes de texto y aún así nos sentimos solos. Una persona promedio dice 2250 palabras a otras 7.4 personas. ¿Esas palabras se usarán para herir o para curar?

Hay un antiguo mito chino sobre el hilo rojo del destino. Dice que los dioses ataron un hilo rojo alrededor de  nuestros tobillos y unieron a todas las personas cuyas vidas estamos destinados a tocar. Este hilo puede estirarse o enredarse. Pero jamás se romperá. Todo está predeterminado por las probabilidades matemáticas y es mi trabajo seguir el rastro de todos esos números para hacer las conexiones de aquellos que necesitan encontrarse, aquellos cuyas vidas necesitan tocarse. (Episodio 1 -Piloto-)

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Siete mil millones de personas en un pequeño planeta, suspendidos en la inmensidad del espacio... completamente solos.Cómo le damos sentido a eso es el gran misterio de nuestra frágil existencia. Quizás estar solos en el universo es lo que nos mantiene juntos, necesitados unos de otros de formas insignificantes, creando un enredo cuántico .. contigo, conmigo, con nosotros. Y si eso es verdad, vivimos en un mundo donde todo es posible. (Episodio 2)

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