domingo, 29 de enero de 2012

Cock, La Decisión de John: La libertad de ser lo que se es

Esta noche tuve la afortunada elección de asistir a La decisión de John (Cock, por su título en inglés), obra de teatro que ha cosechado muchos éxitos desde su estreno en 2009 en Londres, que se presenta este fin de semana en Zaragoza.  La obra original es de Mike Bartlett y en España ha sido traducida por Isabel Montesinos y llevada a escena por el Teatro del Noctámbulo.

«Un agudo estudio sobre la bisexualidad», fue la frase del The Independent que los productores eligieron para publicitar el espectáculo en Londres. The Guardian prefirió jugar con la variada significación del título original en inglés, ‘Cock’, que va desde su traducción como ‘gallo’ a la expresión en argot del órgano sexual masculino y dijo algo así como ‘todo el poder para Cock’."

La historia trata sobre un joven, John, que es gay, y que durante unos días de receso en la relación con su novio conoce por casualidad a una chica y se enamora (o cree enamorarse) de ella. A partir de ahí necesita tomar una decisión, y a través de sus conflictos vamos llegando a la conclusión de que ser o no gay, ser hetero o no, es lo de menos... porque esos conflictos, los desequilibrios, la naturaleza del ser humano es lo que realmente nos complica la existencia y nos impide saber qué somos en realidad. La obra se desarrolla en un escenario que responde estrictamente al concepto de minimalismo. John, H (por Hombre), M (por Mujer) y P (por Padre), los personajes, nos enfrentan a sus conflictos en medio de un escenario circular, rodeados de los espectadores, que observan impasibles, como en un ruedo taurino, si John tomará las riendas de su vida, si elegirá llevar una vida más "convencional" o si dejará que otros la controlen, valiéndose de sus indecisiones, o si de verdad se puede elegir entre ser gay o heterosexual. 


 La Decisión de John cuestiona. ¿Qué importa la sexualidad en un mundo tan perdido en todos los sentidos: espiritual, político, económico? ¿Quiénes somos? ¿Somos coherentes con lo que somos? La obra no necesita atrezzo, ni escenografía, ni juegos de luces, para despertar emociones, para confrontar dudas existenciales... Basta la importancia del diálogo, la trascendencia de la palabra y del gesto, para combinar humor astuto y dolor emocional y mantener al público atrapado hasta el final, supongo que reflexionando, cuestionándose sus prejuicios y envuelto en esa confusa e intrincada situación psicológica, vivida como si fuera un problema de un buen amigo que nos aturde insistentemente con su angustiosa perplejidad afectivo-sexual.

sábado, 28 de enero de 2012

Palabras de aliento

Casi siempre, cuando se tiene la moral por el suelo, cuando el horizonte, el cielo y la tierra se ven de un negro intenso, cuando no se ve un rayo de sol ni una luz de esperanza, llegan mails, palabras o cartas que te impulsan a seguir el camino. Yo tengo la fortuna de contar con angelitos alrededor que me apoyan y me impulsan en estos días aciagos. Prueba de ello es este texto, publicado en El Colombiano, el diario de mi ciudad natal, que recortó mi madre (la imagino armada con sus gafas y las tijeras de la cocina) y me lo envió. Como me llega en el momento preciso, lo publico por su sentido y porque puede servir a otros.

Ángel Preocupado

Renueva cada día la confianza en ti mismo, en Dios y en los demás.Ten la firmeza de una columna.


Solo con la firmeza de carácter que brota de la fe puedes superar con serenidad las penas y las crisis.

Una fe sólida es tu mejor recurso para enfrentar los abatimientos y vencer las dificultades. Por eso necesitas caminar siempre en la presencia de Dios, amarte y pensar en tus dones, no en tus vacíos.

Angelitos Alrededor
También es importante que te veas logrando lo que quieres y practiques eso que llaman "pensar con imágenes". Es lo que hace el atleta que se ve ya en el podio o el artista que se ve en la mente la obra terminada.

Los buenos deportistas creen porque a diario ven imágenes de éxito, no de fracasos.

Cuida tu fe y no permitas que una derrota pasajera acabe con tu confianza.

Cree hoy y cree siempre.



domingo, 22 de enero de 2012

WhatsApp?

Este post es una copia textual de uno publicado en el portal de Chueca.
 Lo cito así porque me ha dejado sin nada más qué decir.


¿Nunca has pensado que sería de tu vida sin WhatsApp? Si no lo tienes, parece que no tienes amigos, estás fuera del mundo, como ausente. Valoramos sus ventajas pero no sus peligros. Esta aplicación es capaz de esclavizarnos días enteros mirando a la pantalla para invocar mentalmente que suene el tono de aviso. ¿Crees que escapas de su adicción? Pues, ¡te equivocas!

1. Los estados de WhatsApp afectan a nuestro propio estado.


¿Socializando?

Envías un WhatsApp y ¿qué pasa? que estás pendiente del símbolo que aparecerá. Un símbolo verde, un tic, una R significará que lo ha recibido. Pero la incertidumbre comienza cuando aparecen los dos, cuando indica que lo ha leído.

A partir de ahí, se desencadena toda una ola de sensaciones. Si en su estado ves escribiendo, todo va bien, te va a contestar, aunque los segundos que tardará en enviarlo se te harán eternos. ¿Pero y si ves que lo lee y no aparece nada?, ¿que pasan 5 minutos y sigue sin contestarte?

Ahí lo tienes. WhatsApp te ha dominado; ya estás cabreado cuando antes todo seguiría como si nada. Mientras tanto, tienes dos opciones. Una, mirar la pantalla atontado 15 veces por minuto, o dos, ir mandando más WhatsApp a gente que ni te interesa, para calmar tu estado o evitar pensar que efectivamente sí, está pasando de ti.

2. Ser prisionero de una conversación continua de 14 horas.


Los peligros del whats app
WhatsApp en ayunas
Definitivamente tener un chat permanente, de 24 horas, gratuito, y que además desvele a toda tu agenda de contactos, incluido tu jefe, cuándo estás online, dónde estás, cuándo te conectaste por última vez, o cuándo volviste después de romperte las caderas y darlo todo a base de copas y rock and roll, desde luego no es nada positivo.

Nos levantamos y, ¿qué es lo primero qué hacemos? ¡Oh, sorpresa! Mirar el móvil. Quizás por si esta noche el de ayer sí se haya acordado de nosotros, ¿no? Pero ¡peligro!, nunca debemos iniciar una conversación a las 8 de la mañana que sepamos que no terminará hasta la semana que viene. ¿Por qué?

Porque tu móvil se acabará convirtiendo en un remolino de mensajes que no dirán nada, que irán cargados de sandeces, de caquitas sonrientes o chicas bailando flamenco y que te obligarán a inventarte una excusa y de las buenas para que ese alguien, al que llevas escuchando durante horas, no se enfade.
 

3. Conversaciones surrealistas que surgen del autocorrector.


Mientras antes escribir un Olaaaaa era el inicio de cualquier conversación, ahora la cosa cambia. Nuestra superaplicación no solo detecta lo que queremos decir, pensar, sentir, sino que además corrige y cambia cada palabra que escribimos, aunque nuestros morcidedos no hayan querido que así fuera.

Así el antiguo 'olaaaaa' se transformará en 'oleadas' y ya no hablaremos de 'chonis' sino de 'chinos'. No nos despediremos con un 'besazo', ya que saldrá 'brazo' y se acabó lo de críticar y llamar a alguien 'guarrilla', porque lo que será es una 'guardilla'.

Nada de idiomas y de ir de bilingües por la vida. El nuevo nombre de Brad Pitt es Brad Putti. Si estoy vago puede salir cago, y si quiero decirte "qué mañana más buena" puedo acabar piropeándote con
"¡qué mama.. más buena!" 

4. Tener que hablar con ex-amigos que te recuerden por qué los eliminaste.


Partimos de que la red de contactos de WhatsApp se rige por la agenda telefónica. Pero aunque hayas cambiado de teléfono mil veces, a lo mejor alguien que te acosaba cuando aún Chechu se meaba en la cama sigue guardando tu número en su móvil.

De repente, recibes un saludo desde un número que no tienes registrado, y jugáis a ‘quien eres/‘adivina’/‘ay, no sé, qué ilusión no saberlo’. Pero cuando termina ese flirteo y descubres que no es Tom Hanks en 'Tienes un e-mail'  él ya se ha convertido en un pesado que ni te invita a cenar, te marea durante todo el día, no respeta el descanso y encima a las cinco de la mañana te manda un mensaje para soltarte chorradas.

5. Amor, drogas, alcohol y una pizca de WhatsApp


Los peligros del WhatsApp
¿Encuentros reales?

No se puede negar, es pura adicción, una droga que utilizamos para comunicarnos. Fin de SMS, llamadas interminables, emails llegados de medio mundo, y ni hablemos de cartas postales. Lo peor no es que seamos adictos sino que los demás sufren esta adicción.

Por un lado, en nuestro estado de ánimo que cambiará de forma radical si alguien nos ha dado esos 'Buenos días' tan esperados o nos ha citado para tomar unas cañas. ¿Pero quién nos soporta cuando después de seis horas no hemos recibido nada? Ni un mísero mensaje spam. Si por mucho que lo actualizemos, funciona, los demás a tu alrededor no paran de teclear, y tú mirando a tu pantalla acabas pensando,
'What's up'?


Y por último están los encuentros sociales, hoy más conocidos como encuentros virtuales. Ya no quedas con tus amigos, ellos quedan con sus móviles y tú les haces compañía. Que si es un momento, que estás consolando a un amigo, que es algo que no puede esperar. Y entonces ¿por qué no le llamas y solucionas en 10 minutos lo que yo me estaré fastidiando durante 4 horas? No, es que han roto por falta de comunicación, te dice, con sus dedos tecleando a la velocidad de la luz.


Pero si has leído todo esto y aún no miraste de reojo 'WhatsApp', tranquilo, puede que tengas solución; si no es así,  júntate conmigo

sábado, 14 de enero de 2012

Immortals



 Henry Cavill (Teseo)

"Todas las almas humanas son inmortales,
pero las almas de los justos
son inmortales y divinas".

(Sócrates).










Kellan-Lutz (Poseidón)
"Qué sentido tiene saber el futuro,
si no podemos cambiarlo?"





De la película IMMORTALS (2011)

miércoles, 11 de enero de 2012

Una pregunta


Gil Grissom
CSI Las Vegas

  "¿Qué pasaría si la vida 
fuese un sueño

y se despertara con la muerte?"

martes, 10 de enero de 2012

Oración de Nochevieja de un Creyente Desconcertado


Aunque ya han pasado unos días desde la Nochevieja, este texto puede confortar cualquier día del año. Lo publico previa autorización del autor de Intuiciones de un Cura.


Señor:
antes de entrar en el bullicio 
y aturdimiento del fin de año
quiero esta tarde encontrarme contigo despacio y con calma.
Son pocas las veces que lo hago. 
Tú sabes que ya no acierto a rezar.
He olvidado aquellos oraciones que me enseñaron de niño
y no he aprendido a hablar contigo de otra manera más viva y concreta.

Señor, en realidad, ya no sé muy bien si creo en Ti.
Han pasado tantas cosas estos años.
Ha cambiado tanto la vida y he envejecido tanto por dentro...
Yo quisiera sentirte más vivo y más cercano.
Me ayudaría a creer. Pero me resulta todo tan difícil...
Y, sin embargo, Señor, yo te necesito.

A veces me siento muy mal dentro de mí.
Van pasando los años y siento el desgaste de la vida.
Por fuera todo parece funcionar bien: el trabajo, la familia, los hijos...
Cualquiera me envidiaría. Pero yo no me siento bien.
Ya ha pasado un año más. Esta noche comenzaremos un año nuevo,
pero yo sé que todo seguirá igual. Los mismos problemas,
las mismas preocupaciones, los mismos trabajos...
Y así ¿hasta cuándo?

¡Cuánto desearía poder renovar mi vida desde dentro!
Encontrar en mí una alegría nueva, una fuerza diferente para vivir cada día.
Cambiar, ser mejor conmigo mismo y con todos. 
Pero la existencia me dice que no puedo esperar grandes cambios.
Estoy demasiado acostumbrado a un estilo de vida.
Ni yo mismo creo demasiado en mi transformación.

Por otra parte, Tú sabes que me dejo arrastrar por la agitación de cada día.
Tal vez por eso no me encuentro casi nunca contigo.
Tú estás conmigo y yo ando perdido en mil cosas.
Si al menos te sintiera como mi mejor amigo...
A veces pienso que eso lo cambiaría todo.
¡Qué alegría si yo tuviera ese especie de temor que no sé de dónde brota,
pero que me distancia tanto de Ti...

Señor, graba bien en mi corazón que Tú hacia mí
sólo puedes sentir amor y ternura.
Recuérdame desde dentro que Tú me aceptas tal como soy,
con mi mediocridad y mi pecado,
y que me quieres incluso aunque no cambie.
Señor, se me va pasando la vida, y a veces pienso que mi gran pecado
es no terminar de creer en Ti y en tu amor.

Por eso, esta noche no te pido cosas. Sólo que despiertes mi fe,
lo suficiente para creer que Tú estás siempre cerca y me acompañas.
Que a lo largo de este año nuevo no me aleje mucho de Ti.
Que sepa encontrarte en mis sufrimientos y mis alegrías.
Entonces tal vez cambiaré. Será un año nuevo.
 (José Antonio PAGOLA)
Tomado del Blog Intuiciones de un Cura.

jueves, 5 de enero de 2012

Para los Reyes Magos

Queridos Melchor, Gaspar y Baltazar:

A estas alturas de la vida sé muy bien quienes son y las ilusiones que representan para millones de niños en el mundo. Me da igual si son reyes, magos y de oriente o no. Pero si me encanta que cada año tengan a los niños esperándolos en esta noche, acostándose temprano y dejando sobre la mesa la leche y las galletas para ustedes y sus pajes y camellos. Como también me alegra que traigan a los adultos los afanes y la alegría de ver a sus hijos tan ilusionados.

Yo nunca les he escrito cartas, más que todo porque en mi infancia le pedía los regalos al Niño Dios. Pero este año tengo ganas de escribirles, un poco tarde quizás, pero espero que pasen por mi blog y se enteren así de si he sido bueno o no y de lo que quiero pedirles.


De entrada, como es tradicional, declaro que he sido bueno, me he comportado muy bien, lleno de paciencia y rogando (y con el mazo dando) para que ciertas situaciones vitales tengan otro cariz. He procurado no hacer mal a nadie; es más, he hecho el bien aunque a veces no he recibido nada a cambio. Para esas personas, les pido que les abran el corazón, no para que me agradezcan sino para que replanteen su modo de actuar. Les pido que los humanos recuperen la cordura, la sensatez, la honestidad y la justicia.


Vivo ahora en un país donde prima el egoísmo, la falsedad, la explotación laboral, millones de personas sin empleo, dirigentes y funcionarios ladrones (de dinero, de tiempo, de recursos), en medio de una crisis social y económica creada por ellos mismos. ¿Será mucho pedir que en esta visita no nos traigan oro, incienso y mirra sino una nueva forma de pensamiento, de actitud y de acción para intentar salir de este callejón aparentemente sin salida?


Melchor, Gaspar y Baltazar: a pesar de que este último año no he tenido empleo y he tenido que sobrevivir de la Seguridad Social, no me ha faltado comida en mi nevera ni un par de ángeles o mensajeros divinos, con apariencia humana y femenina, que me apoyan, me alientan, me dan fe y no me han permitido caer en el fondo de la angustia. Para esos angelitos humanos les pido que les den el ciento por uno de lo que comparten y los premien con innumerables bendiciones. Y otra petición: Un empleo digno para mí, para una empresa con dirigentes honestos y cumplidores de sus obligaciones con los trabajadores. Yo no pido más que un puesto de trabajo con un salario adecuado para vivir dignamente y echar una mano a quienes me necesitan.


Tengo que agradecer que este año mi familia haya estado bien, ha sobrevivido a las enfermedades y otros han marchado al Cielo rodeados de los suyos. Ha habido un encuentro familiar entrañable con los que estaban lejos durante años (sólo faltaba yo) y mi madre fue regalada con la maravillosa oportunidad de reencontrarse con su hija menor y su marido. Mi hermano ha vuelto a recuperar su trabajo y, en términos generales, las cosas marchan bien. Gracias también, por los Amigos que siempre han estado conmigo, de palabra, de presencia y de corazón, porque han sido el apoyo que no me ha dejado hundirme en la desesperación.


Para mí, solo quiero pedir algo más: Compañía para mis días. No solo para mí, sino que pueda ser yo también compañía para otro ser humano, para amarnos, cuidarnos y apoyarnos mutuamente. No es necesario que esa compañía me la traigan personalmente; me basta con que me den los recursos, la luz para buscarla, los ojos abiertos, los oídos despiertos y el corazón dispuesto para encontrarla y la sabiduría para elegirla correctamente.


Como cantaba el villancico, yo quisiera poner a sus pies algún presente que les agrade, pero no poseo nada más que un corazón que les pide, con la inocencia de un niño, lo que tanto deseo y necesito.


Que tengan una buena noche, queridos Reyes Magos. Que el corazón se les llene de Amor cuando vean a los niños durmiendo (o fingiendo que duermen) al dejarles sus juguetes y que vuelvan a sus lejanas tierras (y cielos)  con la satisfacción de esas caritas alegres abriéndolos a primera hora de la mañana.