miércoles, 1 de diciembre de 2010

Día Mundial del Sida

"La Vida es una enfermedad mortal, sexualmente transmisible".


Volvemos a otra conmemoración del Día Mundial del Sida. Prefiero llamarlo Día de las Personas que Viven con el VIH. Y digo VIVEN. No que mueren, ni que se están muriendo. En muchas ocasiones pienso que a esta pandemia del siglo XX (y XXI) tiene en su contra que se transmite principalmente por relaciones sexuales (tema tabú), que en sus principios se consideraba una dolencia propia exclusivamente de homosexuales (otro mito) y que es una enfermedad mortal.¡Como la vida misma!

¿Quién puede agregar un minuto de vida a sus años, por encima de lo que indefectiblemente debe vivir? Si todos -¡TODOS!- vamos a morir (esta tarde, mañana, el año que viene, dentro de 20 años), ¿por qué ponemos el sambenito a quienes son positivos al virus como no se lo ponemos a quienes padecen cáncer, y otras enfermedades necesariamente mortales? Porque está asociada al sexo, porque dicen que es un mal "buscado". Y olvidamos que el VIH sólo se transmite a tres tipos de personas: ¡Hombres, mujeres y niños!

En los países desarrollados, actualmente, los ciudadanos tienen acceso a los medicamentos antirretrovirales de manera gratuita, tratamientos que cuestan más de 800 euros al mes. En los países más pobres (como los africanos), los pacientes positivos al VIH tienen que resignarse a esperar una enfermedad oportunista que los lleve de este mundo a otro, sin tener acceso a las medicinas que les pueden garantizar una vida normal. Y en los países en vías de desarrollo aún hay que aguantar las opiniones de médicos y ministros de salud que miran hacia otro lado, como si las necesidades de salud pública no fueran de su competencia.
Sin embargo, todos los que requieren de tratamiento -mientras se perfecciona o descubre la vacuna efectiva-, sean de países pobres y ricos, tienen que enfrentarse también a la desidia de las multinacionales farmacéuticas; al desequilibrio económico entre los mundos (ya es bastante que hablemos de primero, segundo, tercer y cuarto mundo); a las intolerancia de ciertos sectores de la Iglesia: anticondón, homófobos, antisexo y discriminadores; a los medios de comunicación que hoy y en el Día del Orgullo Gay dejan un pequeño espacio en sus costosísimos programas, páginas y ondas para llenarlo de amarillismo, desinformación y notas de periodistas de escritorio y el resto del año se olvidan del tema.

Hoy tengo en el pensamiento y en el corazón a tantos amigos que trabajan por la prevención del VIH, a los voluntarios de Ong´s que regalan su tiempo para que otros tengan compañía, asesoría, asistencia médica y jurídica y un espacio en la sociedad. Pero especialmente hoy estoy con aquellos Positivos por la Vida, que no dejan decaer el ánimo, que viven cada día como si fuera el último (como debiéramos hacer todos, porque es la única certeza). Y expreso mi oración por aquellos que ya se han ido y me dejaron grandes y satisfactorios ejemplos de entereza vital.

2 comentarios:

  1. Que bien, en contribucion a tu post quise escribir algo,esta en: http://franjarosa.blogspot.com/2010/12/dia-mundial-de-la-lucha-contra-el-sida.html

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  2. Mejor llámalo Día de las farmacéuticas y mientras se siga celebrando se seguirán lucrando, matando, envenenando.
    ¿Es que hoy en día no hay nadie que se informe? ¿Todos sois repetidores?

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