domingo, 26 de septiembre de 2010

Otra de soledades: Tristes Amaneceres

Por Mariana Jara
Metro

Toni dice que no le gusta llegar a su casa porque sabe que nadie lo está esperando, por eso dejó morir las plantas que alguna vez tuvo en su balcón, para evitarles el dolor a la soledad, me contó. Hace tiempo que su alma suena a tango triste y no levanta cabeza. Debe de ser por eso que escucha tanto a Gotham Project. En teoría tiene todo para ser feliz, un buen trabajo en una agencia de publicidad, mujeres no le faltan, una vida social divertida, un ático con terraza y todos los DVD que quiere, sin embargo algo le hace tirar para abajo. Creo que le gusta recrearse en el dolor. Lo quiero infinitamente, pero me da mucho miedo contagiarme de esa nostalgia inconcreta, que tiene que ver más con lo que no se hizo bien, con los errores que se cometieron en el pasado, que con la gente que ya no está. Cada vez que tiene la incierta posibilidad de ser feliz, prefiere el camino contrario.

Esta mañana, mientras escuchaba a Diana Krall, me llamó para contarme un sueño. "Siento que estoy durmiendo con una mujer que no sé quién es, pero estoy muy a gusto y todo es maravilloso, y de ponto, se da la vuelta y sus ojos ya no son los mismos y su cuerpo empieza a cambiar, igual que su rostro, y va cambiando mil veces, tanto, que van pasando cientos de mujeres y ya ni sé quién era ella al comienzo y me despierto angustiado, desesperado, porque ya no sé quién era". No hay que ser Freud para adivinar lo que hace tiempo tengo claro. Toni se acostumbró a la melancolía, no tiene a nadie a quien extrañar, sin embargo sigue extrañando. Su última relación seria fue a los 25 años y acaba de cumplir 34, a partir de entonces nunca más se ha querido enamorar. Prefiere estar siempre de paso en la vida de la gente, porque tiene ese medio generacional que todos los treintañeros, que andamos perdidos buscando algo que nos ayude a cruzar ese vacío que se abre como un abismo entre la felicidad y el vivir.

Por eso sus relaciones nunca duran más de un mes y tiene todo un decálogo de normas: no le gusta llevarlas a casa, no llamarlas todos los días, no pasar nunca un día con ellas después de hacer el amor, nunca planear viajes juntos y no conocer a sus amigos. Así no engaña, ni se engaña, dice él. Después de 20 minutos de oírlo quejarse de que era el ser más infeliz de la tierra, me atrevía a contarle que hace algún tiempo la melancolía duerme en su cama. "Son esas mañanas en que le temo a la vigilia, porque en mi duermevela siempre pasa lo mismo. Él, que es el mismo de siempre, se levanta, como lo hacía antes, y ronda por la casa como un león controlando su territorio, para volver con todo su cuerpo a mi lado y buscar el calor de mi espalda, en un fuerte abrazo que me transmite la seguridad que emana del cariño. En mi sueño, los dos soñamos los mismos sueños, hasta que suena el despertador. Sólo que ahora cuando suena, ya no está, ni siquiera queda su olor y mis ojos se abren con una cortina de lágrimas. Y con un té con leche empiezo a resucitar y comienzo a encaramarme nuevamente arriba del mundo para que vuelvan a existir los minutos, las prisas, las reuniones, los proyectos y las nuevas conquistas".

Toni quedó algo sorprendido con mi confesión. "Hostia, tía, por qué no me lo habías dicho, y yo aquí dándote la lata con mis tonterías". Uno a veces ayuda a sus amigos sin quererlo.

2 comentarios:

  1. Que extraño...
    Dicen que en algunas oacsiones es necsario el silencio, la repentina perdida de tiempo, el momento pasa al igul que las personas, me identifico mucho con aquel al que describes solo que he podido entender que en lo basico, lo simple se puede encontrar un tantico de felicidad.
    Lo de ser amigo es algo mas... la gente siempre que te importe nunca pasara a un segundo plano, existen cantidades de formas para hacer sentir que aunque la trsiteza y la melancolia exista siempre hay un alguien que pueda decirte yo estoy aquí.

    Un saludo.

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  2. Cualquier dia te das cuenta que ya ni eso de estar solo importa simplemente estas, respiras y tratas de disfrutar de tu compañia, por que cualquier dia te diste cuenta que estabas solo, que no habria solucion, que por muy triste que estuvieras seguirias igual, que no habia otra solucion y descubres tu compañia la mejor dicen casi todos, pero igual te huyen cuando ven que no necesitas de ellos para estar bien...

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