miércoles, 14 de abril de 2010

La abuela Margarita y su filosofía maya

Por:Ima Sanchez. Publicado en ‘ La Contra’, diario La Vanguardia.
La Abuela Margarita, curandera y guardiana de la tradición maya, se crió con su bisabuela, que era curandera y milagrera. Practica y conoce los círculos de danza del sol, de la tierra, de la luna, y la búsqueda de visión. Pertenece al consejo de ancianos indígenas y se dedica a sembrar salud y conocimiento a cambio de la alegría que le produce hacerlo, porque para sustentarse sigue cultivando la tierra. Cuando viaja en avión y las azafatas le dan un nuevo vaso de plástico, ella se aferra al primero: ‘No joven, que esto va a parar a la Madre Tierra’. Rezuma sabiduría y poder, es algo que se percibe con nitidez. Sus rituales, como gritarle a la tierra el nombre del recién nacido para que reconozca y proteja su fruto, son explosiones de energía que hace bien al que lo presencia; y cuando te mira a los ojos y te dice que somos sagrados, algo profundo se agita.

Ella nos dice: ‘Tengo 71 años. Nací en el campo, en el estado de Jalisco (México), y vivo en la montaña. Soy viuda, tengo dos hijas y dos nietos de mis hijas, pero tengo miles con los que he podido aprender el amor sin apego. Nuestro origen es la Madre Tierra y el Padre Sol. He venido a la Fira de la Terra para recordarles lo que hay dentro de cada uno.’"

-¿Dónde vamos tras esta vida?

-¡Uy hija mía, al disfrute! La muerte no existe. Las muerte simplemente es dejar el cuerpo físico, si quieres.

-¿Cómo que si quieres…?

-Te lo puedes llevar. Mi bisabuela era chichimeca, me crié con ella hasta los 14 años, era una mujer prodigiosa, una curandera, mágica, milagrosa. Aprendí mucho de ella.

-Ya se la ve a usted sabia, abuela.

-El poder del cosmos, de la tierra y del gran espíritu está ahí para todos, basta tomarlo. Los curanderos valoramos y queremos mucho los cuatro elementos (fuego, agua, aire y tierra), los llamamos abuelos. La cuestión es que estaba una vez en España cuidando de un fuego, y nos pusimos a charlar.

-¿Con quién?

-Con el fuego. ‘Yo estoy en ti’, me dijo. ‘Ya lo sé’, respondí. ‘Cuando decidas morir retornarás al espíritu, ¿por qué no te llevas el cuerpo?’, dijo. ‘¿Cómo lo hago?’, pregunté.

-Interesante conversación.

-Todo tu cuerpo está lleno de fuego y también de espíritu -me dijo-, ocupamos el cien por cien dentro de ti. El aire son tus maneras de pensar y ascienden si eres ligero. De agua tenemos más del 80%, que son los sentimientos y se evaporan. Y tierra somos menos del 20%, ¿qué te cuesta cargar con eso?’.

-¿Y para qué quieres el cuerpo?

-Pues para disfrutar, porque mantienes los cinco sentidos y ya no sufres apegos. Ahora mismo están aquí con nosotras los espíritus de mi marido y de mi hija. El muertito más reciente de mi familia es mi suegro, que se fue con más de 90 años. Tres meses antes de morir decidió el día. ‘Si se me olvida -nos dijo-, me lo recuerdan’. Llegó el día y se lo recordamos. Se bañó, se puso ropa nueva y nos dijo: ‘Ahora me voy a descansar’. Se tumbó en la cama y murió. Eso mismo le puedo contar de mi bisabuela, de mis padres, de mis tías…

-Y usted, abuela, ¿cómo quiere morir?

-Como mi maestro Martínez Paredes, un maya poderoso. Se fue a la montaña: ‘Al anochecer vengan a por mi cuerpo’. Se le oyó cantar todo el día y cuando fueron a buscarle, la tierra estaba llena de pisaditas. Así quiero yo morirme, danzando y cantando. ¿Sabe lo que hizo mi papá?

-¿Qué hizo?

-Una semana antes de morir se fue a recoger sus pasos. Recorrió los lugares que amaba y a la gente que amaba y se dio el lujo de despedirse. La muerte no es muerte, es el miedo que tenemos al cambio. Mi hija me está diciendo: ‘Habla de mí’, así que le voy a hablar de ella.

-Su hija, ¿también decidió morir?

-Sí. Hay mucha juventud que no puede realizarse, y nadie quiere vivir sin sentido.

-¿Qué merece la pena?

-Cuando miras a los ojos y dejas entrar al otro en ti y tú entras en el otro y te haces uno. Esa relación de amor es para siempre, ahí no hay hastío. Debemos entender que somos seres sagrados, que la Tierra es nuestra Madre y el Sol nuestro Padre. Hasta hace bien poquito los huicholes no aceptaban escrituras de propiedad de la tierra. ‘¿Cómo voy a ser propietario de la Madre Tierra?’, decían.

-Aquí la tierra se explota, no se venera.

-¡La felicidad es tan sencilla!, consiste en respetar lo que somos, y somos tierra, cosmos y gran espíritu. Y cuando hablamos de la madre tierra, también hablamos de la mujer que debe ocupar su lugar de educadora.

-¿Cuál es la misión de la mujer?

-Enseñar al hombre a amar. Cuando aprendan, tendrán otra manera de comportarse con la mujer y con la madre tierra. Debemos ver nuestro cuerpo como sagrado y saber que el sexo es un acto sagrado, esa es la manera de que sea dulce y nos llene de sentido. La vida llega a través de ese acto de amor. Si banalizas eso, ¿qué te queda? Devolverle el poder sagrado a la sexualidad cambia nuestra actitud ante la vida. Cuando la mente se une al corazón todo es posible. Yo quiero decirle algo a todo el mundo…

-¿…?

-Que pueden usar el poder del Gran Espíritu en el momento que quieran. Cuando entiendes quién eres, tus pensamientos se hacen realidad. Yo, cuando necesito algo, me lo pido a mí misma. Y funciona.

-Hay muchos creyentes que ruegan a Dios, y Dios no les concede.

-Porque una cosa es ser limosnero y otra ordenarte a ti mismo, saber qué es lo que necesitas. Muchos creyentes se han vuelto dependientes, y el espíritu es totalmente libre; eso hay que asumirlo. Nos han enseñado a adorar imágenes en lugar de adorarnos a nosotros mismos y entre nosotros.

-Mientras no te empaches de ti mismo.

-Debemos utilizar nuestra sombra, ser más ligeros, afinar las capacidades, entender. Entonces es fácil curar, tener telepatía y comunicarse con los otros, las plantas, los animales. Si decides vivir todas tus capacidades para hacer el bien, la vida es deleite.

-¿Desde cuándo lo sabe?

-Momentos antes de morir mi hija me dijo: ‘Mamá, carga tu sagrada pipa, tienes que compartir tu sabiduría y vas a viajar mucho. No temas, yo te acompañaré’. Yo vi con mucho asombro como ella se incorporaba al cosmos. Experimenté que la muerte no existe. El horizonte se amplió y las percepciones perdieron los límites, por eso ahora puedo verla y escucharla, ¿lo cree posible?

-Sí.

-Mis antepasados nos dejaron a los abuelos la custodia del conocimiento: ‘Llegará el día en que se volverá a compartir en círculos abiertos’. Creo que ese tiempo ha llegado.

martes, 13 de abril de 2010

Tomémonos ese café...

Cuando las cosas en la vida parecen demasiado, cuando 24 horas al día no son suficientes... recuerda el frasco de mayonesa y el café.

Un profesor delante de su clase de Filosofía sin decir palabra tomo un frasco grande y vacío de mayonesa y procedió a llenarlo con pelotas de golf. Luego le preguntó a sus estudiantes si el frasco estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. Así que el profesor tomo una caja llena de canicas y la vació dentro del frasco de mayonesa. Las canicas llenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf.

El profesor volvió a preguntar a los estudiantes si el frasco estaba lleno, ellos volvieron a decir que sí. Luego... el profesor tomó una caja con arena y la vació dentro del frasco. Por supuesto, la arena lleno todos los espacios vacíos, así que el profesor preguntó nuevamente si el frasco estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes respondieron con un "sí" unánime.

El profesor enseguida agregó dos tazas de café al contenido del frasco y efectivamente llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían en esta ocasión. Cuando la risa se apagaba, el profesor dijo:

"QUIERO QUE SE DEN CUENTA QUE ESTE FRASCO
REPRESENTA LA VIDA": Las pelotas de golf son las cosas importantes, como la familia, los hijos, la salud, los amigos, todo lo que te apasiona. Son cosas, que aún si todo lo demás lo perdiéramos y sólo éstas quedaran, nuestras vidas aún estarían llenas. Las canicas son las otras cosas que importan, como el trabajo, la casa, el auto, etc. La arena es todo lo demás, las pequeñas cosas. Si primero ponemos la arena en el frasco, no habría espacio para las canicas ni para las pelotas de golf. Lo mismo ocurre con la vida. Si gastamos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos lugar para las cosas realmente importantes. Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Juega con tus hijos. Tómate tiempo para asistir al doctor. Ve con tu pareja a cenar. Practica tu deporte o afición favorita. Siempre habrá tiempo para limpiar la casa y reparar la llave del agua. Ocúpate de las pelotas de golf primero, de las cosas que realmente importan. Establece tus prioridades, el resto es sólo arena.

Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó qué representaba el café. El profesor sonrió y dijo:

"Qué bueno que lo preguntas... Sólo es para demostrarles que no importa cuan ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay lugar para un par de tazas de café con un amigo."


P.D. ¡Siempre habrá una taza de café para ti esperando en mi cocina, en mi escritorio o en el bar de alguna esquina!

martes, 6 de abril de 2010

A propósito de Un Beso de Dick

Un visitante de este blog, Wilmer, dejó un comentario en el post sobre la novela de Fernando Molano, Un Beso de Dick, que publiqué en abril de 2008. Dice que esta libro lo llevó a la obra de Jacques Prévert y la película La Finestra Di Fronte. De ella me cita el siguiente texto:


Querido Simone…

Después de ti, el rojo ya no es rojo.
El azul del cielo ya no es azul.
Los árboles ya no son verdes.
Después de ti, busco colores en la nostalgia que siento por nosotros.
Después de ti, lamento incluso el dolor que nos hacia tímidos y clandestinos.
Lamento las esperas, los renuncios…
…los mensajes en clave…
…nuestras miradas robadas en un mundo de ciegos…
…que no querían ver.
Porque habríamos sido el motivo de su vergüenza…
…y de su odio…
…y de su crueldad.
Siento no haber tenido valor para pedirte perdón.
Por eso, ya no puedo mirar tu ventana.
Donde siempre te veía…
…cuando no sabía tu nombre,…
…y tu soñabas con un mundo mejor.
Un mundo donde un árbol podía ser un árbol…
…y el azul podía ser cielo.
No sé si este mundo es mejor…
…ahora que ya nadie me llama Davide…
... y todos me llaman Señor Veroli.
¿Como decir que es un mundo mejor?
¿Cómo decirlo sin ti?


La Finestra Di Fronte (2003)
Ferzan Ozpetek (director)

lunes, 5 de abril de 2010

Oración del Amor Fraterno (por Thiago).


Señor, ten misericordia de nosotros, los gays desamparados, y otórganos el perdón que tu Iglesia nos ha negado.

Haz entender a tus sacerdotes que ser gay no es un pecado, que está en nuestra naturaleza;

que amamos a los hombres como a nosotros mismos, como Tú nos has enseñado;

que no hay maldad en un cuerpo desnudo (...);

que buscamos el Amor como todos los demás;

y disfrutamos con el sexo como el resto de la humanidad,
que es el mejor regalo que tú nos has dado...

Haz que la jerarquía no nos tenga tanto odio,
odio lleno de hipocresía,
pues sabemos perfectamente que ellos pecan de lo mismo que tanto critican.

Concédenos el placer que obtenemos a nuestra manera,
respetando a los demás
y cantando tus alabanzas ante la belleza del cuerpo del hombre.

Ahora, y en la hora...
Amén.
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Este texto lo he tomado de El blog que Thiago, con su autorización. Muy adecuado para estos tiempos Pascuales y de tantos escàndalos en el seno de la Iglesia Católica. Aunque, según me cuenta Thiago, su oración ha levantado ampollas, pienso que es un bello sentimiento el que expresa aquí. Todos somos obra de Dios, parte suya, hijos suyos, y nos ama tal y como somos.

domingo, 4 de abril de 2010

¡Resucitó! ¡Aleluya! ¡Felices Pascuas!

Dijo una voz popular:
¿Quién me presta una escalera
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús, el Nazareno?

Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.
Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la Agonía,
y es la fe de mis mayores.

Oh, no eres tú mi cantar.
No puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en la mar.


El poeta español Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 26 de julio de 1875 - Collioure, Francia, 22 de febrero de 1939), escribió esta hermosa saeta que años después musicalizaría el cantautor catalán Joan Manuel Serrat. Es una de las saetas que más me gustan, porque soy de los que prefiero a Cristo vivo y resucitado y no a Aquel Hombre desangrándose en una cruz.

No sé por qué motivos nos quedamos en las procesiones y representaciones de Cristos flagelados, Dolorosas inconsolables, y tristes redobles de tambores. Miles de personas acompañan a pasos y cofradías, se emocionan, oran, hacen sacrificios... y el Viernes Santo parece que acaba todo. Se les queda su Cristo en la tumba. Parece que olvidan que, según su fe, Jesucristo venció a la Muerte. De lo contrario, hubiese sido un predicador, profeta, curandero o revolucionario más de los tantos que han pasado por la historia de la humanidad.

El Domingo de Pascua, el de la Pascua Florida, las procesiones van en vías de extinción. Me gusta que los cofrades ya no lleven la cabeza cubierta, que las manolas lleven mantilla blanca, que el Cristo Resucitado se encuentre de nuevo en la plaza con su Madre Santísima. Pero extraño la multitud en las calles. ¿Será porque ahora no va lacerado, humillado y agredido?

Estoy con San Pablo.: "Si Cristo no hubiese resucitado, vana sería nuestra fe".

viernes, 2 de abril de 2010

Silencio Espeluznante

Noche de Jueves Santo. Presencié la salida de la procesión de la Cofradía del Señor Atado a la Columna. Silencio espeluznante en el atrio del templo de Santiago el Mayor, roto de repente por el sonido atronador de tambores tocados por hermanos con sus hábitos blancos y capirotes rojos. Emociona la salida de la monumental talla en madera del Nazareno mientras las trompetas. bombos y tambores suenan a dolor, a tormenta, a cielos rasgados.

Emociona ver el recogimiento de los seiscientos cofrades ante su Virgen y su Cristo, por el que esperan cada enero para comenzar a ensayar sus toques y su celebración de la Semana Santa. Conocí a uno ellos ensayando en invierno bajo un puente con sus compañeros, a pesar de estar con un catarro febril. Me dijo que así tuviera 40º de fiebre asistiría a su compromiso.

Las imágenes y cofrades tardaron casi una hora en salir del templo y muchas horas después culminarían su lenta, recogida y sonora marcha. Una muestra de fe, de sentimiento religioso que se contagia a propios y a turistas que, sean o no católicos o practicantes, llenan las calles de la ciudad para ver el desfile de las imágenes de Cristos lacerados, Vírgenes llorosas lujosamente vestidas, imágenes y tronos con siglos de antigüedad, y escuchar los tambores que retumban por toda Zaragoza hasta la medianoche del Sábado de Gloria.



Un escritor decía: "Ay, ¡Quién pudiera sentir como Sevilla!", haciendo referencia a la famosa Semana Santa de Andalucía. Me permito agregar: ¡Quién pudiera sentir como Zaragoza!