martes, 13 de mayo de 2008

Epitafio

De niño siempre quise ser el más rápido
de adolescente quise ser el más bonito...
de universitario quise ser el más inteligente...
de adulto quise ser el más próspero...
de maduro quise ser el más bueno...
de viejo quise ser el más sabio...
Ahora, desde mi orilla, contemplo que los gusanos
piensan que no soy ni más sabroso, ni más especial,
ni más apetitoso que otro cualquiera.
Y con el último resto de cerebro y corazón que aún
los bichos no devoran, me pregunto
si todo ello valió la pena.

3 comentarios:

  1. Por cierto.. me ha encantdo tu blog.
    Saludos!

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  2. Amo a Aleida cuando no habla de politica, porque es entonces cuando ella y yo marcamos nuestros territorios como hombre y mujer... no nos entendemos.
    Por otro lado... ese escrito inicial me ha encantado... lo copiaré para llevarselo a mi madre... le gustan las citas inteligentes y sé q esa le encantará
    saludos desde mi lejana galaxia

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  3. Hola amigo. El poema EPITAFIO es de mi autoría. Quedó de finalista en el concurso de cuento del malpensante y ganó en el concurso de la cultura en Itagüí. Aparece completo en el periodico del cual soy columnista en esta direccón:

    http://asmedasantioquia.org/momento_medico/edicion_91/calladapresencia.html

    El texto completo dice:

    EPITAFIO

    De niño siempre quise ser
    El más rápido, el más ágil
    El más alegre

    De adolescente quise ser
    El más bonito, el más atractivo
    El más cotizador

    De universitario quise ser
    El más inteligente, el más interesante
    El más agudo

    De adulto quise ser
    El más próspero, el más exitoso
    El más rico

    De maduro quise ser
    El más bueno, el más noble
    El más justo

    De viejo quise ser
    El más sabio, el más generoso
    La última palabra

    Ahora desde mi orilla
    Contemplo que los gusanos piensan
    Que no soy
    Ni más sabroso, ni más especial
    Ni más apetitoso
    Que otro cualquiera

    Y con el último resto
    De cerebro y corazón
    Que aún los bichos carroñeros no devoran
    Me pregunto
    Si todo ello bien valió la pena.

    Emilio A. Restrepo Baena
    www.emiliorestrepo.blogspot.com

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