lunes, 25 de febrero de 2008

Amor, Amor que está herido

Paulo Coelho publicó este domingo en XL Semanal un interesante artículo sobre los heridos de amor:


*Quien tenga la intención de amar debe ser consciente de que está exponiendo su cuerpo y alma a heridas de muy diferentes tipos, sin poder culpar por ello a su pareja en ningún momento, puesto que ambos corren el mismo riesgo.

*Una vez alcanzado por una flecha del arco ciego de Cupido, debe solicitarse inmediatamente al arquero que dispare la misma flecha en dirección opuesta, con el objeto de no sufrir la herida conocida como "amor no correspondido". En caso de que Cupido se niegue a hacerlo (...) el herido, de manera inmediata, debe arrancarse la flecha del corazón y arrojarla a la basura.

*En el caso de que la herida provenga de un tercero, se permite el uso de lágrimas hasta que los ojos se sequen, así como algunos puñetazos en la pared o en la almohada... Pero queda expresamente prohibida la venganza.

*En lesiones leves, como pequeñas traiciones, pasiones fulminantes que no duran mucho o falta de interés sexual pasajero, debe aplicarse con generosidad y rapidez el medicamento del "perdón". El asunto debe ser definitivamente olvidado y no puede utilizarse jamás como argumento en discusiones o momentos de odio.

*En las heridas definitivas, llamadas "rupturas", el único medicamento se llama "Tiempo". Se deben sufrir con intensidad. No sirven las telenovelas, los libros románticos, ni los echadores de cartas. Hay que evitar drogas y calmantes. Se permiten sólo dos vasos de vino al día.

*Los heridos por el amor no son víctimas ni verdugos. Optaron por algo que forma parte de la vida y deben asumir, por consiguiente, la agonía y el éxtasis de su elección. Y los que jamás fueron heridos por el Amor, nunca podrán decir "He vivido". Porque no vivieron.

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