domingo, 27 de enero de 2008

De marcha

Anoche, después de muchos años de abstinencia voluntaria, volví a salir, a ir, como dicen en España, de marcha: Esa costumbre de ir de bar en bar, de la disco al pub. Música, risas, bailes, miradas "escaneadoras", licores, ambiente. Lo pasé muy bien, relajado, cómodo, olvidándome por unas horas de la vida cotidiana, de problemas y angustias. Desconocidos/as me regalaron sonrisas, algunas palabras y besos (de los castos). Y conocidos/as me dieron compañía, afecto y una especie de bálsamo para las rozaduras que llevo en mi maltrecho espíritu.

Pero, aparte de esa sensación de estar en circulación, fuera del claustro, me encontré con lo que siempre se encuentra en la noche. Parece que los rebaños humanos no cambian sus costumbres. "Bandas oscuras de necesidades no colmadas, un campo cuadriculado de soledad. Desesperación tranquila en una espiga de colores"(*). Se comportan igual que hace siete años en Zaragoza, o hace diez en París, o veinte en Medellín. "Solitarios oscuros buscando pareja, apurándose un sábado más". Los que quieren afirmar su libertad con las supuestas conquistas que puedan lograr. Los que visten su autoestima con las veces que les han mirado. Grupos cerrados al principio de la noche. Individuos abiertos de par en par luego de varias horas de desinhibidores etílicos. Enamorables y enamoradores cediendo principios ante las ansias de volar de los que apenas se están curando de relaciones que están pasando de amorosas a amigables. Un ex (¿amante? ¿amigo?) y el cordialmente diplomático saludo. El ex de un ex. La chica fuera de lugar. El chico que busca ese lugar. Jeans de diseño. Camareros/as de casting. Y al salir, al término de la fiesta, el mismo frío, las mismas calles vacías, mi ya tradicional huída del "azul reproche" (el azul amanecer) y la sensación de que has vuelto a dejar, otra vez, algo importante de tí abandonado por ahí.

"En un lugar como "Paraíso" todo es conversación plástica, un modo brillante y confuso de expresarse organizado para meter a todo el mundo en la cama con la menor fricción posible. En "El Paraíso" no preguntas nada realmente importante a la mujer. No le preguntas sobre sus sentimientos, sus emociones, su talento, su miedo, su esperanza, sus deseos, sus necesidades, sus sueños. Lo que ocurre es que acabas acostándote con una desconocida. Pero aún, te encuentras haciendo el amor con(...) una imagen recortada de una revista para hombres, con una foto en lugar de una mujer, un pedazo de carne en lugar de una persona, lo que significa que no estás haciendo el amor. El acto se transforma sólo en la satisfacción de una necesidad corporal, que no se diferencia de rascarte cuando te pica" (*).

(*)Susurros. Dean R. Koontz.

1 comentario:

  1. Despues de algún tiempo de oir hablar de la rumba, eres precisamente tu el que retoma el tema, y no me dices nada nuevo ni bueno acerca de eso, me lo hubieras preguntado y te lo hubiera explicado, RUMBA, DE MARCHA como lo llames siempre sera como un grupo de personas que forman una soledad colectiva para sentirse mas solos, como decir vamos todos juntos a estar solos...

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