domingo, 30 de septiembre de 2007

¿En Irán no hay gays?

Increíble, por decir lo menos, la declaración de Mahmud Ahmadineyad, presidente de Irán, en la Universidad de Columbia esta semana. Según este hombre, en su país no hay homosexuales, declaración que ha levantado más de una reacción entre iraníes y no iraníes, gays o no. La verdad es que en ese país el código penal establece la pena de muerte para quien mantiene relaciones homosexuales. Sin embargo, un estudiante universitario entrevistado por El País, dice que sólo basta darse una vuelta por ciertos parques de Teherán o por ciertos "pijos" centros comerciales para ver que sí que hay gays por allí. Pero la policía no suele intervenir a menos que alguno se muestre muy "cariñoso" en público.

La revolución islámica de 1979 considera que toda relación heterosexual fuera del matrimonio es ilícita y punible y considera inmoral cualquier manifestación pública de afecto. Además, hace muy poco que existe una palabra para definir la homosexualidad. Los gays están acostumbrados al desprecio y la indiferencia y si una familia reconoce o acepta a uno de sus miembros homosexuales, lo hace como un castigo. En esta sociedad, la iraní, aun consideran la homosexualidad como una enfermedad (que hasta exime del servicio militar pero marca socialmente).

Se ha dicho, a este lado del planeta, que para hablar de la vida sexual de alguien sólo lo puede hacer quien le ha servido de colchón. ¿Cómo prueban en Irán la homosexualidad de alguien? Pues según el Código Penal, basado en la ley islámica, los implicados, adultos y que hayan consentido en el acto, deben confesar cuatro veces ante un juez o que exista el testimonio de "al menos cuatro hombres justos que lo hayan observado". Como puede advertirse, es bastante rebuscado el método, propio para gente muy voyeur y aunque se dice que allí no castigan la homosexualidad, sí las relaciones.

Ni pensar, como en España, el irse a vivir juntos o casarse y adoptar hijos. Dos jóvenes que celebraban con amigos su decisión de irse a vivir juntos terminaron con sus huesos en la comisaría para recibir los 80 azotes reglamentarios por "relación impropia" y hoy andan buscando un país de acogida. Condenas y castigos que no se dan expresamente por su sexualidad, sino que se les añaden cargos como violación, narcotràfico o asesinato.


¡Qué duro debe ser vivir allí! ¡Mejor dicho, que difícil debe ser para un hombre amar a otro hombre en Irán! A la guerra, al terrorismo, a la invasión extranjera hay que añadirle que no te dejen amar a quien quieras, o tener sexo con quien quieras. ¡Que los cielos los asistan! ¡Nos asistan!

2 comentarios:

  1. Si hace 5 años (por poner una fecha) hubiéramos preguntado a cualquier gay o lesbiana en nuestro país que en el 2007 se podrían casar, las carcajadas se hubieran oído hasta en Noruega...ojalá pronto esos y esas iraníes puedan amar libremente y que sus carcajadas sean como las nuestras.

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  2. ¿Y qué hacen esos cuatro hombres "justos" observando las conductas "desviadas"? Tiene bemoles la cosa. Cuando una sociedad se basa en las divisiones maniqueas entre buenos y malos (vaya usted a saber con qué criterio), ¿qué se puede esperar? Pues inquisidores y hogueras. Y mucha carne carbonizada.

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